Motivo de consulta: Malestar general

AVISO: Antes de tomarte en serio algo de lo que aquí leas, recuerda que todos tenemos derecho a una segunda opinión.
Mostrando entradas con la etiqueta recuerdos. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta recuerdos. Mostrar todas las entradas

6 de abril de 2011

Pesa(dilla d)el pasado.

Me pesa.
Pesadilla.
Pesadilla del pasado.
Aún me pesa.

Pesa el pasado:
Como en la canción*, preguntaba: 
- ¿Dónde estabas? ¿Dónde estabas cuándo te llamaba?
La respuesta me hizo despertar, sobresaltado y con el pulso arrítmico, sobre un charco de sudor (h)echo sábanas:
- ¿Y tú? ¿Dónde estabas cuándo yo te (ll)amaba? 

Lo peor de las pesadillas es que no las controlo... En su terrorífica libertad creativa, existen incluso versiones distintas de una misma pesadilla, como si fueran "grandes éxitos" del despertar precoz.

Esta pesadilla mía tiene dos versiones: en una soy yo quien pregunta; en la otra... soy yo... ¡el que responde!

El mismo guión, distinto dolor...
El mismo dolor, distinto guión...
Pesa(dilla d)el pasado...
Como siempre: lo importante no es la respuesta; sino la re-Apuesta.

¿Dónde estaba(s) cuándo te (ll)amaba?





(*) Me fuí. Bebe. 2009


Nota para preocupones:
escribí éste texto hace mucho.
Insisto, las post-ales del blog son sólo eso: postales, 
no un diario íntimo.
A veces, la mayoría,
ni siquiera tienen relación conmigo. 
¿?

18 de marzo de 2011

Una excusa... como otra cualquiera.

Independientemente de mis creencias e individuales (r)evoluciones personales desde mi adolescencia, los que me conocéis bien, bien sabéis (sabéis bien... sabéis también... sabéis tan bien) de mi alejamiento de las incomprensibles (desde la razón y la lógica) posiciones de la cúpula católica. Y, por tanto,conocéis mi alejamiento en el ejercicio práctico, dogmático y confesional hasta casi la apostasía (que aún no he culminado porque incluso eso lo pone difícil la iglesia católica).

Y partiendo de esa base, pero también (o precisamente por ella) de la base del respeto a los católicos "de base" (a los de las “alturas” cada vez los respeto menos), es también manifiesta mi crítica y activa militancia anti-jerarquía católica por incoherencias y aberraciones tales como su postura "oficial" frente a la eutanasia, el aborto, la homosexualidad, los nuevos modelos de familia y, muy especialmente, su posicionamiento ante la prevención de enfermedades de transmisión sexual y el uso de anticonceptivos. En esto último soy un profesional y es mi obligación denunciar cuánto daño está produciendo el todopoderoso lobby vaticano.

Y me siento, al tiempo, también en la necesidad de reconocer públicamente cuánto beneficio aporta la "otra" iglesia. La iglesia "de abajo" (sic): esa iglesia que sigue luchando, con las botas manchadas de barro... por ejemplo en lugares en los que la prevalencia de SIDA alcanza cotas del 40% de la población total, llegando en ocasiones al 55% de la población menor de 35 años.. (el que piense que eso aqui no ocurre se equivoca, valga de muestra este botón: en 2005, por ejemplo, trabajé en el Poblado de Barranquillas en Madrid con un 23% de "residentes/resistentes" en el poblado adictos y coinfectados por VIH y el virus de la Hepatitis C... en bruto, una población de unas 800 personas... y esa realidad ocurría a tan solo 10 km de nuestro kilómetro cero...y de mi experiencia en Prisiones mejor no hablar...)

Es cierto, de la misma manera, que no reniego de la mayoría de valores morales que me inculcaron mis padres a través de "SU" iglesia. Como son verdades, también, mi pasado adolescente como catequista, mi participación activa en aquella época en las eucaristías semanales e incluso mis dudas vocacionales afortunadamente (para mí) resueltas tras mi breve paso por el Seminario de Claretianos de Loja, allá por el 1993.

Desde ese conocimiento quiero hoy opinar. Porque se enriqueció luego con mis experiencias vitales e interminables conversaciones con los Claretianos Antonio Sanjuán y Padre Diego. O con mi trabajo voluntario becado por Medicus Mundi y la Uex , donde pude conocer a, y apre(he)nder de, el Mercedario Padre Carlos, en Yaoundè (Camerún); o con la religiosa Dina Martínez (una auténtica heroína) en Kigali (Rwanda). O por mis colaboraciones con los curas rojos y teólogos de la libera(c)ción repudiados por Rouco Varela: Javi Baeza y Enrique de Castro en Entrevías, Vallekas y la cárcel de Alcalá-Meco, durante la etapa madrileña de mi biografía. Así como el ejemplo de vida de mis Padres, insisto, siempre coherentes con su fe, y en ocasiones inundados por la duda y la incomprensión ante los mensajes jerárquicos, tan irracionales como abyectos. O las vivencias y ejemplo de mis Tías Del Barco: Josefina entregada en cuerpo y alma al cuidado de ancianos imposibilitados, Concha al de deficientes mentales,  Mari Carmen a la educación de los más pequeños entre los "olvidados", o Mariate y Encarni a los más marginados de los marginados en las barriadas pacenses de Cuestas de Orinaza primero y Colorines, Gurugú, El Progreso y Suerte Saavedra y Cerro de Reyes, ahora. O Marisa, que se dejó la salud (y casi la vida) en sus taitantos años en la Guinea de Macías, primero, y de Obiang, después; abandonada desde su in-dependencia de la metrópli por éste, nuestro desmemoriado país, a su triste suerte. Como también he mamado esa iglesia de la Cáritas dirigida por mi amigo y maestro José María Vega. O del trabajo con los jóvenes del Movimiento Focolar de mis Tíos Juan y Margarita...

Y de esa iglesia con minúsculas, ésa que no puedo hacer menos que respetar sincera y educadamente, incluso desde las diferencias (muchas, evidentes e irresolubles) de ésa hablo hoy. Ante ésa me descubro.

Es una pena que no pueda explicar ciertas cosas por respeto a sus deseos personales, su compromiso y el miedo a las represalias de sus incoherentes  jerarcas de ultramontanas teorías y discursos irresponsables: como es obvio, los calificativos son míos.

Porque me parece justo aceptar sus elecciones personales en el ejercicio de su derecho a la libertad de culto. Pero, por otro lado, tampoco creo que sea necesario cargar las tintas en la diferencia, sino en las coincidencias. Lo importante, hoy, es que ahí siguen. Con dudas en muchas ocasiones. Con el dolor e intranquilidad que ello les supone, ahí siguen...

No por ello defiendo a la iglesia católica como conjunto; más al contrario: es la existencia de estos feligreses y religiosos críticos, de su compromiso y su fuerza, lo que me lleva a mantener mi postura de que no se deben mezclar churras con merinas. Lo que ansío es una sociedad participativa y comprometida desde el laicismo administrativo y estatal, reconocido en nuestra Constitución pero ninguneado en la práctica. Lo que deseo es la victoria e influencia de la ética social, y no de la moral religiosa, pues me siguen chirriando los proyectos de "coopera(c)ción" con tercer y cuarto mundo desde organizaciones confesionales, por su riesgo de "catequización" de la población receptora de los proyectos... una realidad también constatada en otras (menos) ocasiones.

Pero lo cortés no quita lo valiente: desde esa difícil opción personal (por confesional y jerarquizada se les presupone obdientes a la doctrina dictada por Roma con manu militari), menudo currazo que se marcan algunos jugándose incluso (amén de su vida y salud -emocional y física-) la excomunión por olvidar las "misiones evangelizadoras" y dedicarse a las misiones humanitarias. No alcanzo a comprender bien como aguantan... yo no podría, ¡bravo por ellos!(*)

Sea cómo fuere, esa otra "iglesia" (¿con "minúsculas"?), perseguida y vilipendiada por la Iglesia (¿con "mayúsculas?) merece mi aplauso, mi humilde reconocimiento y todo mi ánimo y apoyo. Y todo esto, que considero les debo desde hace mucho, hoy viene al caso por el artículo que enlazo a continuación: una "excusa"… como otra cualquiera...

(*)http://www.publico.es/espana/366708/sacerdotes-disidentes-frente-a-la-nueva-inquisicion

7 de marzo de 2011

La duda

Dicen que "la duda ofende"...
A mí no. Será que perdí la capacidad de ofender(me) en mi otra vida en la Casa de los Horrores, o en mi etapa aquélla con la cosa de los errores, no lo sé...

Lo que sí sé, maldita sea(s), es que ahora, reflejado en este papel de espejo pixelado, me d(esn)udo delante de todos:
Lo que sí sé (a ciencia incierta) es que a mí, lo que me ofende es que la duda...
sea tuya.
Lo que me cabrea (sin duda) es que la d(e)uda...
sea mía.

2 de marzo de 2011

Íntegro y coherente: hasta siempre, Curi.


Enrique Curiel*
 "Curi", así le llamaban sus amigos y, sobre todo, Carmen, su mujer. Yo nunca me atreví... y casi siempre le llamé Enrique. Sólo cuando discutíamos (que era con mucha frecuencia), me ponía yo muy serio... y con voz forzada le interpelaba con un "¡Don Enrique!"... para fastidiar. Porque era de esas personas a las que el "don" con ironía les escuece como sal sobre la herida.


No fuimos amigos, ojalá. Éramos, simplemente, conocidos. Amigos de amigos comunes (y comunistas, todo sea dicho). Casualidades de la vida que no vienen al caso nos pusieron en el mismo lugar allá por 2005, al poco de mi regreso de Rwanda… ¡cómo le interesaba el “rollo” ése de la cooperación…! Puede que fuera eso lo que me permitio conocerle... Fue en la etapa madrileña de mi vida que tanto echo ahora en falta y que tanto me agobiaba entonces… Pero “las ocasiones las pintan calvas” y, al investigar un poco sobre su figura como personaje público y su larga trayectoria como vicesecretario general del PCE, primero, y posteriormente como senador del grupo socialista, no quise desaprovechar la oportunidad; no fuera que llegara algún crecepelo efectivo al mercado y me quedara con las ganas de saber. Abusando muchas veces de su hospitalidad, le visité con una frecuencia inconstante que dependía, más que de mis ganas, de nuestras obligaciones particulares (las suyas, debo decirlo, absolutamente incompatibles con una vida "normal", porque es justo reconocer que los políticos serios se dejan el pellejo... y solo entonces supe cuánto y a cuanto de su persona renuncian).

Hoy he recordado que siempre me recibía rodeado de papeles y libros, en su casaza de La Moraleja… pero siempre con una tímida cercanía que me hacía sentir como en mi casa propia. Y también ahora, al conocer su muerte esta madrugada, recuerdo con añoranza su vitalidad y conversación pausada, pero apasionada siempre. Largos ratos en su salón… hablando de todo, menos de política. Casi siempre hablando de Política, con mayúsculas, más que de nada…

Lecciones de vida que no tienen precio.

Y no me salen más palabras. Podría decir muchas tonterías sobre él, pero prefiero invitaros a que escuchéis/leáis/veáis atentamente lo que de Enrique Curiel se hablará estos días... y sacad vuestras propias conclusiones. Yo me quedo con la que tuve al poco de conocernos, cuando le pregunté (con toda la educación y prudencia que yo creía tener) el por qué de su renuncia al acta de diputado cuando abandonó definitivamente el PCE: "Un representante del pueblo lo es hasta que deja de serlo", o algo así, me contestó parsimonioso. Y cambió de tema como quién cambia de canal en la tele. Porque era un tío honesto. Porque Enrique Curiel era íntegro y, sobre todo, coherente.


Dada mi condición profesional, sabía desde hace mucho que este momento llegaría más pronto que tarde. Pero no he podido despedirme en persona (nunca le gustó el móvil, ese aparato esclavizador que desconectaba en cuanto podía) y oír la noticia de su muerte en la radio me ha hecho desayunar recuerdos que agradeceré eternamente.

Gracias por todas aquellas discusiones, por todas aquellas clases de historia... por tu interminable paciencia conmigo. Un niño que jugaba (y ahí sigo, Enrique) a ser hombre y que empezaba entonces a darse cuenta de que todo era bastante más difícil y complejo de lo que le habían contado… Gracias por la escucha, siempre atenta, y por lo ánimos… Gracias por los ánimos, sobre todo: desde el principio supiste que ése era uno de mis (muchos) puntos débiles. Gracias por hacerme un hueco en tu sofá... tantas y tantas tardes alargadas hasta la madrugada.... Gracias por todo, Enrique.

Hoy me lo permito: Querido Curi, gracias…
y hasta siempre.



http://es.wikipedia.org/wiki/Enrique_Curiel
http://www.elpais.com/articulo/espana/ancho/arbol/izquierda/espanola/elpepuesp/20110302elpepunac_36/Tes
http://www.elmundo.es/elmundo/2011/03/02/espana/1299041078.html
http://www.abc.es/20110302/espana/abci-curiel-muerto-201103020545.html
http://blogs.publico.es/dominiopublico/category/enrique-curiel/

(*) Foto tomada de cordobapedia.es

1 de octubre de 2010

Con más esperanza que miedo

Y el deseo de no alterar el orden de los factores... no vaya a ser que la liemos:


"Dicen que a través de las palabras, el dolor se hace más tangible, que podemos mirarlo como a una criatura oscura, tanto más ajena a nosotros, cuanto más cerca la sentimos.
Pero yo siempre he creído que el dolor que no encuentra palabras para ser expresado es el más cruel, el más hondo, el más injusto.
Pasé mi vida amando a una mujer que amaba a otro, que no la amaba a ella, sino a otra mujer, de la que nunca supo si le correspondía.

Era un tiempo en el que todavía podía mirar al futuro con más esperanza que miedo."
A los que aman. Isabel Coixet.

15 de septiembre de 2010

Nunca tuve buena vista

Imagen de flickr


Siendo aún muy niño, el oftalmólogo diagnosticó que necesitaba mirar al mundo a través de unas gafas. Con parche en el ojo, con cara de bueno (¡es que era mu chico!)...  la pata de palo llegó hace unos pocos días.
Aquellas gafas que rompía cada dos por tres (con el consiguiente enfado paterno, ¡menudo gasto!) eran enormes y feas. Durante un tiempo llevaron en la lente derecha un prisma transparente a rayas verticales con el que aprendí a descodificar Canal Plus de un solo vistazo.
Cuestión de estrabismo... dijo el médico.

Ya en el instituto, desarrollé una extraña pasión por mirar las cosas con lupa. Y sólo conseguí reconocer que el mundo, con demasiada frecuencia,  es incomprensible a mi vista de topo.
Cuestión de madurez, supuse.

Ahora, y con la misma intensidad que deriva de mi siempre excesivamente curioso carácter, me sigue gustando ver, buscar, analizar... los pequeños detalles; aquéllo en lo que no reparamos, los jardines en las grietas... pero la presbicia se me ha adelantado y sigo sin entender la mayor parte de las cosas que veo... a cada rato.

Lo he decidido: ¡voy a comprarme un microscopio!
¿Será cuestión de eso?

9 de septiembre de 2010

A mano amada

La imagen es de miranda.bitacoras.com


A mano amada,
cuando la noche impone su costumbre de insomnio
y convierte
cada minuto en el aniversario
de todos los sucesos de una vida;
allí,
en la esquina más negra del desamparo, donde
el nunca y el ayer trazan su cruz de sombras,

los recuerdos me asaltan.

Unos empuñan tu mirada verde,
otros
apoyan en mi espalda
el alma blanca de un lejano sueño,
y con voz inaudible,
con implacables labios silenciosos,
¡el olvido o la vida!,
me reclaman.

Reconozco los rostros.
No hurto el cuerpo.

Cierro los ojos para ver
y siento
que me apuñalan fría,
justamente,
con ese hierro viejo:
la memoria.


Ángel González

 
(*) La imagen es de plissken.blogia.com




23 de agosto de 2010

Hora 26

La foto es de google

Ha muerto Carlos Mendo.

He conocido la noticia hace sólo unos minutos y, no puedo evitarlo, necesito escribir(le).

Imagino que en cuestión de unas pocas horas se glosará su figura y tendremos oportunidad de conocer más sobre su biografía y su importancia como profesional destacado (dudo que nadie cuestione esto) en el desarrollo del periodismo y la libertad de prensa en España.

Cofundador de El País, corresponsal para este medio y la Cadena Ser en varias ciudades del mundo, asesor de la embajada de España en Londres y también en la de Washington, colaborador de Cuatro y otras marcas del Grupo Prisa… consejero de RTVE y, por encima de todo, periodista de “agencias” (fue incluso Director de EFE), con lo que ello implica de independencia y rigor; mi recuerdo de Carlos Mendo va inseparablemente unido a Hora 25 y su tertulia.

Escucho este programa casi a diario para informarme y formar mi opinión sobre lo que pasa en el mundo desde hace (que recuerde) más de 16 años, ya en la etapa en que lo dirigía Carlos Llamas, otro animal periodístico de los grandes. Y es esto lo que me apetece destacar ahora, consciente de mi insignificancia y desconocimiento de datos importantes de la "intrahistoria" de este profesional. Porque meterte en la cama oyendo argumentos interesantes y opiniones diversas de las noticias del día (hasta que empiezan los deportes y hay que buscar otra cosa...) o disfrutar de una buena conversación de sobremesa después de la cena es algo que me encanta... una manía mía, otra más, digo yo.

Carlos Mendo era (tendré que empezar a acostumbrarme a hablar de él en pasado) con frecuencia la voz discordante de la tertulia en Hora 25. Peleón, no le importaba en absoluto disentir de opiniones de otros gurús de la cadena como Miguel Ángel Aguilar, Carlos Carnicero, María Esperanza Sánchez, José María Brunet o Nativel Preciados. Siempre me atrajo de manera especial su tremenda (por vasta) cultura, su conocimiento (especialmente de todo lo relativo a los USA, donde trabajó durante muchos años) y su capacidad para defender sus ideas, educadamente, con sabiduría y respeto, evitando siempre el sectarismo.

Era un monstruo de la documentación, con sus sempiternos informes y datos que aportar, actualizados, y que esgrimía con vehemencia por mucho que la suya fuera la única defensa ante tal o cual argumento y el resto de contertulios fuesen por la otra orilla. Su cabeza parecía una enciclopedia y me maravillaba su profundo y analítico conocimiento de la Historia del Mundo. Así como su dicción, personal e intransferible, absolutamente reconocible, incluyendo su típica muletilla: “verdad”. A Mendo se le permitía incluso la pedantería (que, en mi opinión, era una de sus virtudes), con su genial pronunciación del inglés y con esa obsesión por referirse a uno u otro artículos del Herald Tribune o New York Times; o a esta o aquella entrevista en CNN o en la “bibisi”, que diría él.

Es obvio, no descubro yo nada nuevo, que Mendo era un hombre de derechas, muy conservador… hoy he sabido que fue incluso Jefe de Prensa de Manuel Fraga. Pero esa derecha a mí me gusta (la que representa Mendo, no nos confundamos...). Esa derecha yo creo que es necesaria. Esa derecha no insulta ni mira por encima del hombro. Y respeta, educadamente, respeta. Esa derecha la echo de menos en España.

Por eso me gustaba escucharle atentamente. Ponía el acento en esa otra visión que quizás sonaba incluso fuera de lugar, en una tertulia cada vez mas propagandística y pro-Psoe (especialmente desde que la dirige Barceló), me hacía aguzar el ingenio... dar una vuelta más a la rosca de las ideas, que a veces me salen como prefabricadas… Mendo provocaba, y sacaba lo mejor de los otros tertulianos, pillándolos muchas veces en “renuncios” para defender tal o cual postura o argumento que él no compartía. Y, a pesar de ello, nunca escuché de su boca un exabrupto o falta de educación. Jamás un insulto o comentario irrespetuoso. Excepto un día (una noche, mejor dicho) en que un comentario suyo, quizás sacado de contexto, se interpretó como machista (yo creo que lo era, todo sea dicho). Ángels Barceló, la actual directora del programa, le pidió entonces, en antena y en directo, que se retractara de aquellas palabras. Mendo se explicó y trató de defender su postura, como siempre. Y después de pedir disculpas en persona, corrigió y dijo algo así como: “perdón a todas las mujeres que se hayan sentido ofendidas por mis palabras”.

Por eso, y por otras cosas, supongo; pero principalmente por eso, me gustaba escuchar a Carlos Mendo. Ya sólo podré hacerlo en grabaciones o “podcast” de archivo… y me costará, como me costó (aún no lo he hecho del todo) acostumbrarme a la ausencia de Carlos Llamas… volver a dormir con la tertulia de Hora 25 sabiendo que no escucharé más sus “enganchadas” con Aguilar o Carnicero, o quién fuera.

No coincidía con él casi nunca; aun así, me gustaba, porque me hacía pensar. Pero me quedo con su capacidad para pedir perdón. Y ser capaz de pedir disculpas cuando uno se reconoce equivocado… eso sí que me parece una enseñanza de verdadero maestro tal y como esta el patio periodístico en nuestro país.

A partir de esta noche… buscaré en el dial la sintonía de Hora 26… ojala me encuentre con una tertulia en la que aparezca de nuevo, con sus informes, datos y voz características, Don Carlos Mendo. Descanse en paz.


http://www.cuatro.com/1/7-na1txpscdk7f6/


http://www.cadenaser.com/espana/articulo/fallece-periodista-carlos-mendo/csrcsrpor/20100823csrcsrnac_9/Tes

 

*En el último enlace, a partir del minuto 30, primer Hora 25 sin Mendo, donde sus compañeros hablan de el.

18 de agosto de 2010

Un concierto sencillo

Fue sencillo: yo,
simplemente, llore.

Siempre odié la idolatría por negarme al fanatismo.
Pero la poesía tiene estas cosas; me adueñé de sus letras:
necesitaba muletas para soñar sin cojear.

Noche de trincheras con Sabina por montera.
Solo
rodeado de ausencias;
vinagre y rosas a la hora de cenar.

Como aliño, una copita de esencias
y de postre: tiramisú de limón.
Y café con luna, copa y puro.

Camarero, ¿qué se debe?
Que no, que pago yo.


Aceptaban tarjetas, menos mal:
me gasté el suelto en el loquero...
Buenas noches, un placer.
Felicite al cocinero.

Fue sencillo:
yo, simplemente, llore;
y no me dolió.






14 de agosto de 2010

Cumpleaños

Me alargó el libro, abierto justo por aquel poema; uno de ésos que nos gusta señalar doblando alguna esquina de la página, por arriba o por abajo...

Cumpleaños

Yo lo noto: cómo me voy volviendo
menos cierto, confuso,
disolviéndome en aire cotidiano, burdo,
jirón de mi, deshilachado
y roto por los puños.

Yo comprendo: he vivido
un años más, y eso es muy duro.
¡Mover el corazón todos los días
casi cien veces por minuto!

Para vivir un año es necesario
morirse muchas veces mucho.

Áspero mundo. Ángel González. 1956. Ed. Visor de poesía.



Gracias, Cris.
Y gracias a todos vosotros, gracias a todos, gracias...
Gracias por ayudarme a resucitar muchas veces mucho.

12 de agosto de 2010

Mi Primo Gemelo

Dentro de poco,en apenas unos días, me caerán 32 tacos.

En fin, que ya voy teniendo una edad, que mis padres desearían que sentara la cabeza... y a mi cabeza le encanta estar en cualquier otra posición, que manía... y creo que es algo que no depende de las primaveras vividas... pero éste no es el tema.

El 15 de agosto de 1978 pasarían muchas cosas, está claro. Pero hubo algo muy muy especial. Ocurrió en Sevilla, la Luna se alió con un velero y, casi por sorpresa, vieron la luz los ojos rasgados de David Luna del Barco.

Escritor, poeta, actor, cantante, camareta, auxiliar administrativo, guia turístico... zampabollos, cariñoso, glotón, tierno, alegre, sensible... hijo, hermano, primo, sobrino, nieto...

David Luna del Barco, como dice mi amiga Cris: DISCA... QUE?!

Gracias, Primo, y hazlas extensivas a tus padres y hermanos.




A mi Gemelo, mi ejemplo en aquello de: voluntad-ganas-hacer.
Feliz cumpleaños, Chaval.

6 de agosto de 2010

3 de agosto de 2010

De escrituroterapia... y otras cosas del queré

"A veces escribimos para no volvernos locos. Otras, dejamos de hacerlo por el mismo motivo..."
Teresa Agustín. Poetisa.

Me quedan aún bastantes temas en cartera, pero necesito un descanso en el tecleo por motivos diversos y que no me apetece desgranar ahora.

Así que os propongo una idea: ¿qué tal si me sugerís temas de los que opinar, cuestiones que creéis puedan ser interesantes, consultas sobre tal o cuál cosa (y aquí os pido, por favor, que no sean sobre síntomas ni enfermedades, que no es esa la idea)... no sé? Lo que se os ocurra.

De momento, me tomo "vacaciones" de este blog, que es el vuestro...
Un abrazo a todos y felices vacaciones, al que las tenga. Y mucho ánimo a quién no las haya podido disfrutar aún.

22 de julio de 2010

Mi historia con Dulce

Tuve la suerte de conocer a Dulce Chacón en 2000 ó 2001, ya no lo recuerdo muy bien. La fama le daba entonces el reconocimiento que antes no tuvo, que merecía y que marcaría su carrera hasta su muerte, demasiado temprana para los que disfrutábamos de sus libros y  su conversación…
Leí su maravillosa novela “Cielos de barro” al poco de estar en las librerías y me emocionó que alguien hablara de Extremadura sin complejos, con cariño, pero sin esquinas en las que ocultar nuestro atraso eterno… Ella me decía siempre: “Jesús -(fue una de las pocas personas a quién nunca me empeñé en corregir por llamarme por mi nombre de pila),- la historia de los pueblos es la que es… no podemos cambiarla, sólo conocerla…” y siempre añadía, con su voz suave y calmada: “lo que sí podemos construir es la historia que se escribirá sobre nosotros en el futuro…”
En marzo de 2000 (ó 2001, ¡que mas da!), nos pusimos en contacto con ella para invitarla a darnos una charla en la Facultad de Medicina, aprovechando que ese año estaba becada por la Uex. En ningún momento nos hablo de dinero, ni de caché, ni de temas logísticos… aún no sé muy bien cómo (aunque imagino que el buen hacer de Elena Puelles –gracias otra vez, Elenita- se ocupó de ello). Llegó el día de recogerla en el Hotel Zurbarán, en mi destartalado y abollado Corsa.
Allí estaba ella, puntual. Era una mujer guapa, sin ser una belleza llamativa, su piel morena y su elegante planta se vestían con el saber estar de la gente tranquila y prudente. Y su voz, siempre su voz… pausada y envolvente, hasta atraparte… Nada más montarse en el coche y abrocharse el cinturón me pidió que le enseñara un poco la ciudad, que ella decía que había cambiado mucho desde la última vez que la había visitado, hace no sé cuántos años… Y yo, encantado de la vida y sin creerme del todo lo que me estaba pasando, intenté enseñarle de Badajoz lo que yo consideraba más atractivo. Un breve pero intenso paseo en coche por la Plaza de España, y el Casco hasta llegar a la Plaza Alta, entonces en pleno proceso de rehabilitación. Me esforcé en recordar y reseñar los pocos datos históricos que entonces conocía sobre esta ciudad de frontera… para después ponerla al día, siempre avisándola (casi disculpándome) de mi subjetividad y mi ingenua crítica, sobre los procesos de rehabilitación, modernización y desalojo de la zona más antigua de la ciudad: la más deprimida y marginal. Y después, como lo que quería conocer era Badajoz, me la lleve al Cerro de Reyes, donde le expliqué lo que ocurrió en la riada del 96. Y luego a Las Malvinas, donde no cruzamos palabra, apenas algún monosílabo. Se nos hizo tarde con demasiada rapidez y recorrimos muy por encima el campus universitario (entonces un erial que mas parecía Seseña que un campus universitario) hasta llegar a la Facultad de Medicina, con sus desconchones y sus goteras…
Ya en la cafetería de la Facultad y tras las oportunas presentaciones de los miembros del Consejo de Alumnos, tomamos un café rápido (ella pidió agua, creo) y subimos al inhóspito y destartalado Salón de actos.
Su charla-coloquio se convirtió en una reunión de amigos con la naturalidad propia de la gente sencilla que sabe lo que se trae entre manos. No éramos más de quince o veinte personas las que nos reunimos allí y yo agradecí enormemente la visita de un par de Profesores de los de antes, de los que se merecen ese título por detalles como aquél.
Apenas recuerdo de qué nos habló, pero habló de su vida, más que de su obra. No dio lecciones ni pretendió convencernos de nada. Simplemente fue natural;y nos animó a intentar mejorar nuestro mundo cercano desde la profesionalidad y la crítica.
No me sorprende que apenas recuerde sus palabras en el acto oficial, pues tuve la suerte de disfrutar de su compañía aún después de la conferencia, y eso es lo que se me grabó para siempre en ese rinconcito de los recuerdos que a uno le hace sentirse vivo y bien sólo con visitarlos de vez en cuando.
Dulce Chacón era una mujer que hacia honor a su nombre; pero que era mucho más que eso. La dulzura y ternura de sus palabras y gestos se acompañaba de una calma que envolvía a todos los presentes hasta llevarnos de la mano a un estado de bienestar que no podía haber imaginado antes, en mis muchos ratos de nervios durante esos días de ajetreo; absorto en la preparación de aquella Primera Semana Cultural de la Facultad de Medicina que tanto trabajo nos dio y que tan buen resultado tuvo, aún asumiendo la escasez de participación en algunos actos.
Pero lo que recordaré siempre fue el rato de relax que siguió a su conferencia-encuentro con los que allí estuvimos aquella tarde. El Sr. Decano, que previamente ni siquiera se digno a aparecer en el acto oficial, asomó la cabeza al término de aquél para saludar a la invitada. Hicimos las presentaciones correspondientes y, al ofrecerse el Decano a invitarla a cenar en nombre de la Facultad… Dulce cruzó su mirada con mis ojos furibundos (yo sólo le había insinuado, sin entrar en detalles, que el apoyo oficial del equipo directivo de la Facultad a nuestra propuesta de Semana Cultural fue absolutamente nulo en las semanas previas, llenas de preparativos y el ajetreo propio de la escasez de recursos económicos y apoyos oficiales; pero no quise echar mierda en lo que por entonces sentía como mi propio tejado). Y respondió educadamente, pero con meridiana claridad, algo así como: “Soy la invitada de los alumnos, me quedo con ellos, muchas gracias”. Y cogió un vaso de plástico, se sirvió un refresco y comenzó a charlar con los que estábamos allí como si tal cosa, en una silla de madera y en medio del habitual desorden del Consejo de Alumnos…
Más tarde, con el tiempo, en alguna de nuestras conversaciones telefónicas y correos manuscritos, tuve la oportunidad de agradecerle personalmente aquel gesto de coherencia y apoyo para con nosotros. Y ella siempre rehuyó el tema, como corresponde a los que saben hacer y estar, como es propio de la mujer humilde y comprometida que era.
En sus últimos meses, ya muy enferma, Dulce desapareció. No contestaba a mis llamadas ni a mis correos. Poco después murió. Y recuerdo que me enteré de la noticia muy pocas horas después de su muerte, al escuchar la noticia como primicia en Radio Nacional.
Y desde entonces, siempre que tengo ocasión, regalo sus libros a mis amigos.
Y desde entonces, siempre que puedo, cuento esta historia, más o menos adornada, para transmitir su mensaje personal de calma y coherencia.
Y desde entonces, de vez en cuando, busco aquellas cuatro cartas que me escribió de su puño y letra… y recuerdo su dedicatoria a mi volumen de Cielos de barro:
“A Jesús, con el deseo de que nunca pierda la ilusión por sanar a los que tiene cerca. Con todo mi cariño y mi más profundo respeto, Dulce.”

Gracias, Dulce.
*La foto es de Flickr

18 de julio de 2010

Dieciocho del 7...

Durante 40 años (que para quienes los padecieron debieron ser interminables, y que muchos sufrieron y malvivieron quedando en las cunetas sus sueños o los cuerpos de familiares o amigos... que ahí siguen... ¡qué país!) se conmemoró en esta fecha el "Alzamiento Nacional" (se levantaron sólo 3 y es sospechoso que Mola y Sanjurjo-que ya se había sublevado en 1932- murieran en sendos accidentes de aviación...¿o no?) con el que comenzó nuestra Guerra Incivil y que dio matarile a la II República (ya tocada de muerte por múltiples frentes y errores) y a lo que a partir de entonces el régimen dictatorial franquista llamaría el "espíritu del 18 de julio".

Es interesante recordar documentos como los bandos del 17 y 18 de julio de 1936 (donde el propio Franco declara el estado de guerra en las Islas Canarias), o echar un vistazo a los libros de texto de la época (dónde destaca la fecha en cuestión como bandera de los ideales del dictador, y con los que adoctrinó a generaciones con sus "Lecciones de formación del Espíritu Nacional"). La red nos permite incluso recuperar la voz del caudillo ese mismo día en su mensaje radiado al pueblo español: "españioles...blablabla"

El 18 de julio del 36 marca el inicio de una guerra demasiadas veces olvidada y de un golpe de estado pocas veces llamado así; porque eso es lo que fue. Y pocos somos lo españolitos que hoy podemos decir que sabemos lo que ocurrió entonces, como se vivieron en las semanas y los días previos hechos como los asesinatos de Andrés Saenz de Heredia, José del Castillo Saez de Tejada o del "protomártir" José Calvo Sotelo...

Sigo indignándome por no haber estudiado en el bachillerato (que en mi época era BUP) nada de nada en lo referente a estos sucesos tan tristes y que marcaron nuestra historia e incluso el carácter de la España de entonces (y parte de la de ahora)... El bienio radical de la CEDA, Primo de Rivera, la Constitución del 31, el Dragon Rapide y sus vuelos, la Matanza de Badajoz, las matanzas de religiosos, Lerroux... y yo que sé cuántas cosas más que parece que no son importantes...

Y yo sólo quiero aprovechar esta fecha para recordarme mi propia ignorancia, mis cuentas pendientes con el conocimiento y las ganas de que por ello nadie piense que remuevo nada, sino que me intereso por la historia más reciente de España.

Y hoy me he enterado de que el 18 de Julio Franco concedía paga "extra" a los españolitos... ¡qué idea más macabra! Y he pensado que puede que de eso sí que se acuerden algunos. En épocas de miseria una paga extraordinaria no puede olvidarse...

Para mí, aun así, el 18 de Julio siempre será el día en que se casaron mis Padres. Mira tú por dónde, no se les ocurrió otra fecha. Así que: Papá, Mamá: Feliz Aniversario!

Las seis a eme

Las seis de la mañana, ésa es la hora.

A las seis, si no he dormido...suelo decidir que ya no lo intento más; y me fumo la radio, me enchufo el primer café y me bebo el amanecer.

A las seis, si he maldormido... suelen visitarme los duendes de la bruma para despertarme poco a poco, contarme alguna de sus mentiras habituales y marcharse después como vinieron, sigilosos, pero dejando el sol encendido.

A las seis, si estoy de guardia... no suele haber trabajo; pero si llega un paciente: es la hora de los que son urgentes de veras. Ojo: la noche del sábado suele ser la excepción que confirma esta regla, ya os imagináis por qué.

Y a veces, como ahora, como hoy... a las seis de la mañana, se me llenan los ojos de ella y no puedo parar de mirarla.