Ha llegado el otoño,
que resbala cansino por mis ventanas.
La lluvia viste de gris mis ganas
y busco el calor del brasero
para quitarme el frío de las ideas;
como mi perra busca
el sol sólo
porque a ratos
araña la terraza
de nuestro ático estático.
Y ahora,
con el barro en los dedos,
mientras le guiño un ojo a mi reflejo
en el charco... me llueve
un vídeo de una nube de nespressos. (S)
Sonrío. Prefiero la lluvia...
al llanto.
Chas gracias, Bicha. Documenta-lista.
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