Motivo de consulta: Malestar general

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27 de agosto de 2010

A propósito de un secuestro

Primera imagen difundida de los secuestrados. Foto de EFE
Este tema me trae de cabeza.


No he querido escribir nada antes porque me parece un asunto muy delicado... no siempre se me hace fácil opinar. Y más en este caso, pues de lo que hablamos es de tres personas que han sufrido un SECUESTRO. Y creo que es justo ponerlo en mayúsculas, que no estamos hablando de unas vacaciones en Cancún, digo yo...


Y otro día, si encuentro las palabras adecuadas, os contaré mis desacuerdos con ciertas formas y/o métodos empleados en la "cooperación" (mejor sería decir en la ayuda que algunas organizaciones hacen y llaman cooperación) que no dudo tengan como origen la mejor de las intenciones y un espíritu solidario que no soy quién para menospreciar...


Es un tema delicado, repito. Pues no es fácil de explicar y que lo que se entienda no sea generalizado como desconfianza de la sociedad a la labor de las ONGDs. La cooperación y/o ayuda al desarrollo es un batiburrillo de ideas, asociaciones y proyectos que no siempre es digna de elogio; pero es también frecuente, asumiendo esto, caer en una demagogia pueril de prurito generalizado hacia todo aquél que "ayuda": ¿qué pasará con el dinero que he donado?, ¿cuánta ayuda se recibirá de forma directa y cuanta será sólo un parche? ... para al final acabar con aquello de ¿con cuánto se quedarán esta gente? etc, etc...


Lo quiero resumir con una idea de la que sí estoy convencido: la cooperación internacional y la ayuda al desarrollo deben regirse según el Marco Lógico de Ayuda al Desarrollo y el Estatuto del Cooperante, ése que tantos años ha costado conseguir y que tendría aún que mejorarse; pero, principalmente, debe PROFESIONALIZARSE. Por el bien de las contrapartes locales y de todos los que alguna vez realizamos alguna labor en este sector. Porque es de cajón. Y porque evita riesgos innecesarios. Y eso no implica obviar el voluntariado ni la voluntariedad. Simplemente normaliza, regula, ordena y ofrece las garantías para no confundir churras con merinas, buenas intenciones con riesgos absurdos o, sin ir más lejos, caridad con cooperación y ayuda al desarrollo.


Porque NO son lo mismo. Y España, la AECID  y gran parte de las ONGDs tienen claro que cooperación no es caridad. Es justicia y es desarrollo. Pero ¿y nosotros?, ¿lo tenemos claro?


Os invito a reflexionar sobre ello. Y esta vez, más que nunca, espero comentarios y sugerencias.


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Y de postre, la otra cara de la moneda: me parece salvaje el linchamiento público que se está haciendo a nuestro país y sus gobernantes de turno (y no creo ser sospechoso de zapaterismo), a los tres cooperantes que han sufrido el secuestro y a la organización en la que colaboran.


Pero no me sorprende, en España somos maestros en no dejar títere con cabeza, opinar sin profundizar, atacar a las primeras de cambio y cuestionar, si es necesario, la buena intención del de en frente con el único argumento de que si su bandera es así o asao, o de si habló en catalán o en español...
A veces, como ahora, me gustaría ser de cualquier otros sitio, porque me da vergüenza leer ciertas cosas.
En fin, ¡qué país!
Y el que no me crea, que se lea el artículo, por favor.

http://blogs.publico.es/trama-mediatica/2010/08/26/secuestro-restos-de-serie/

3 comentarios:

  1. como tú apuntas, amigo suso, el asunto se las trae. Y es complejo opinar en algo que implica a tanta gente y de lo que tanto desconocemos. Pero también yo apuesto por la profesionalización del asunto. De ese y de casi todos los que convienen a nuestra educación, a nuestra salud y a nuestra cultura. Muchas veces me he preguntado qué tal nos iría si en vez de políticos contratáramos a profesionales de experiencia para que nos gestionaran la economía o para que hicieran buenos planes de educación. Como en el fútbol, por poner un ejemplo donde se ha obviado lo pasional para favorecer la rentabilidad, habría que olvidarse si el entrenador es de tal o cual bandera y contratar al que mejores resultados pudiera ofrecer a nuestro club, a nuestro país, a nuestra cultura, o como es el caso de los cooperantes, a la raza humana.
    Florián

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  2. Hola Suso

    Estás de lo más indignado, pero de lo más periodístico también, cojonudo. No hay nada más español que hablar mal de España.
    Coincidimos en que es este un país de gresca y que gusta de liarla. Basta un secuestro, un virus, una operación de aumento de pecho o una expropiación forzosa para formar el taco, a menudo sin más fundamento que la reverberación borrega de una taberna.

    Ahora bien, ojo con lo que venimos escuchando estas semanas.
    Un secuestro es una brutalidad, es la tortura psicológica más potente, tanto para los privados de libertad como para los privados de sus familiares y amigos; pero no es lo mismo un español, un noruego, un peruano que un terrorista de Al-Qaeda. ¿Por qué? Por qué nosotros nos involucramos en cooperación con un sentido reposado, profesional y humano de ejercicio mismo, mientras los países que la reciben son gobernado y manejados por líderes de organizaciones que no respetan el derecho a la vida y que sacrifican a personas a razón de cuatro perras. Aquí que nadie se llame a engaños: los malos son malos, aunque los buenos no seamos del todo buenos. La violencia que practican la mayoría de los ultras de cualquier credo sólo es comparable al que podría servirse un chimpancé con un Colt. La religión sin compromiso ético con el prójimo debería prohibirse por el bien de la humanidad. El dinero como moneda de cambio por la libertad es el crimen más execrable. Fíjate: dinero e integrismo, vaya par de íntegros.

    ¿Entonces quién tiene la culpa de todo? Hombre pues los cooperantes no, porque nadie los criticaba antes de irse, como nadie suele criticar al que lleva intenciones humanas. Aquí lo único criticable es que haya países que funcionen como mafias y que exijan rescates que saben que vamos a pagar, porque nosotros valoramos la vida y pagamos "de 4 a 10 millones de euros" -esto se sabe, me parece que hay que decir una cifra que no oscile en una horquilla de mil millones de pesetas, por vergüenza torera- para recuperar lo más importante en un país civilizado: las personas.

    Hay que seguir cooperando, hay que seguir exigiendo cooperación a los gobiernos ricos y hay que exigir a los países beneficiarios que garanticen la protección de derechos de nuestros profesionales.

    pd. No quiero entrar en demagogia ni trapo nacionalista, pero como profesional de la información considero una falta de educación hablar en catalán en una recepción con medios de comunicación nacionales e internacionales que se han volcado en el caso, hay que saber estar en todas partes.

    Juanma Merchán

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  3. Gracias a los dos por vuestros comentarios. Apuntais argumentos interesantes y , teniendolos en cuenta, prometo otra entrada con algo mas de sustancia y menos de tripas por mi parte (a ver si soy capaz), ya caera...
    Gracias a los dos.

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Hablamos a las claras, sin secretos, por eso agradezco que todos los comentarios vayan firmados. Gracias.