Motivo de consulta: Malestar general

AVISO: Antes de tomarte en serio algo de lo que aquí leas, recuerda que todos tenemos derecho a una segunda opinión.

31 de enero de 2011

¿De qué vivo?

Mal que bien... aprendí a calmar el dolor físico con analgésicos.
Peor que mal llevo lo de mitigar el dolor psíquico...


Pero el dolor de la des-esperanza... ése me deja bloqueado...
Bloqueado no, noqueado.
Sin palabras, boquiabierto, ojiplático...
In-somne...
Sin ideas, des-animado... boquiplático, ojiabierto...


Insomne... otra vez, con más motivo.
Sin aliento:
Des-alentado...


(*)

(*)Por supuesto, gracias a Mr. Wichard por el enlace.

25 de enero de 2011

Cuaderno de cicatrices: Quiero bailar en el tejado

No te invito a mi casa; de momento no.

Tampoco invito a nadie más (mis padres y hermanos no cuentan ¿vale?)... Este ático está más estático que nunca... y necesito ventilarlo... tiene demasiados fantasmas en las paredes, demasiadas pelusas de pena debajo del sofá...

Pero es sólo por eso, no te lo tomes a mal... Cuando considere este espacio (o el que sea) nuevamente MI casa... cuando eche a los fantasmas, o cuando los acepte como compañeros de pi(en)so... entonces… te invitaré a bailar en mi tejado.
*  *  *



Me siento perdido en esta ciudad que me ha dado y quitado tantos tanto en más ocasiones de las estrictamente necesarias... Tengo claro que el único problema de mi hoy es que me duele saber que le hice daño… y no se me cura ni bailando en las cloacas.

Y no sé si podré aprender esa lección para no repetir el error de de-presionarme otra vez... Roto sufro y me duelo... pero más hago sufrir y más dolor provoco en/a mi atmósfera de culpas... y aún no sé (sobre)vivir con tamaña (ir)responsabilidad en el aliento de mi insomnio...
*  *  *

Y este insomnio me agota a gotas leves de ojeras durante horas teñidas...
Y este insomnio me angosta los sentidos de la calma…
Este insomnio me angustia con miedos en el alma… 
Este insomnio me agota angustioso las angostas ideas que me quedan sanas...

 Si ya lo escribió un sabio(*): no me convence el insomnio a no ser que me sirva como “caja de ahorros de mis sueños”. Y me acordé de que la banca siempre gana... y yo lo que quiero es dormir... bailando en los tejados.
*  *  *


 
Señor Insomnio, dos puntos, por la presente se le comunica la obligación de desalojo inminente de esta escombrera por problemas in-salvables de con-vivencia(s)…por vivencias con problemáticas in-servibles... por in-sufribles con-vivencias problemosas. 
Urge remodelac(c)ión por riesgo de derrumbe.
*  *  *


Y paso página en el cuaderno de mis cicatrices;
que me duelen las ganas de querer(me)...
que me sudan las penas por curar(me)..
que me sobran los miedos sin vivir(me/os/te/la).

 
 

18 de enero de 2011

Ejemplo etiológico de insomnio

Y antes de meterme en la cama, se me ocurrió leer la columna que habita el insomnio...
la perla para (no) dormir...


¿preocupante?
¿pre-ocupante?
¿pre-oKupa-antes?
re-preocupente?????????????????????

Re-pre-oc/kupa-nte(s)!!!!
Ta mañana...
tendré ojeras enoooooooooormes...

http://blogs.publico.es/civismos-incivicos/2011/01/17/la-intelectualidad-indignada/

14 de enero de 2011

Brind-ando (*)

Lo recuerdo con frecuencia. Fue la primera vez que perdí a alguien de mi familia. Cuando llegamos a recoger a mi Abuela Paca a su casa, para ir al funeral, me abrazó y me dijo al oído:
"Suso, os hacéis hombres a fuerza de golpes."

Crecemos a fuerza de golpes. Sabiduría de abuelas.
* * *

El dolor, salvo en patológicas excepciones, es desagradable. Si asumimos además que el dolor es proporcional a la intensidad del trauma-tismo... es fácil concluir que, aturdidos en un primer momento, a duras penas podamos hacer otra cosa que doler-nos, especialmente cuando el golpe es duro.
Y hay tantas manifestaciones de ese mal-estar como personas sobre el planeta.
Y hay que ser muy grande (haber crecido mucho) para tragarse los lamentos y las lágrimas y, sin atorarse, aclarar la voz y tener la calma suficiente como para levantar la copa (sólo después de que mi Madre bendijese la mesa, por supuesto) y abrir la cena de Nochevieja con un brindis como aquél.
* * *

Aquella mañana era festivo y no me tocaba guardia. El móvil sonó: por la voz de Javi ya intuía que no eran buenas noticias. Me contuve para no llorar. Pensé en sus hijos, en su mujer, en la última vez que nos abrazamos... En lo incomprensible e injusta que es la vida... ¡tantas veces!
Antes de llegar al pueblo pensé en ir directo al Tanatorio, pero quería ir con mi Padre. Así lo hicimos y mantuve las lágrimas en su sitio hasta que abracé a Nico, justo a la salida... Todo tiene un límite, supongo.
* * *

Ellos eran amigos. Ni siquiera de esos que se ven todo el rato, ni siquiera de esos que se llaman como mínimo una vez a la semana. Eran amigos. Y sequerían. No había que explicar nada más.
Yo me considero amigo de sus hijos. Y esas relaciones y todas sus derivadas hacen aún más especial una(s) amistad(es) con demasiados cimientos como para poder explicarla(s) aquí en dos frases.
Y, pensando en calmar el dolor de la pérdida con el recuerdo de lo importante, me vino a la cabeza aquel mediodía de viernes de octubre del año noventa y seis. Bajé del Leda en la parada "del sindicato". Mochila al hombro, había decidido el destino de mis pasos en alguna de mis noches anteriores, en esa nueva cama de universitario que aún me resultaba extraña. Sabía que estarían allí, cada uno de un lado de la barra.
Cuando me atreví a contestar a la pregunta de mi Padre, tras los saludos pertinentes, sonrieron... los dos. Y se miraron, ,cómplices, antes de que Jesús contestara a mi "una caña" con su "Suso, ya no te pienso pagar ni una cocacola más."
Y Sancho, con avidez, me sirvió una caña como en los anuncios de la tele: ¡perfecta!
* * *

Me ruboriza recordar a alguien por algo que puede parecer nimio. Pero re-vivir ese momento en el que mi Padre y su amigo Sancho me concedieron el honor de compartir con ellos mi primera cerveza "oficial" es lo que me sale desde hace quince días... porque para mí fue lo más parecido a "crecer" sin necesidad de "doler-me" por ello. Al contrario, aún tengo en la boca el agradable sabor de aquella birra...


Y recordé ese momento de crecimiento, que nunca olvidé, cuando mi padre, presidiendo la mesa de gala para la cena de Año Nuevo, se puso en pie. Se recogió la corbata con la mano izquierda y, con la copa de vino en la derecha, lanzó su brindis.. y nos hizo volver a crecer:
"Quiero empezar esta noche con un brindis especial:
por mi amigo Sancho."

(*) A Sanchito,
descanse en paz. 








Dudas razonables

"...Sólo digo que es posible..."
El valor de las palabras...





Doce hombras sin piedad. (1957)

Variaciones de la idea de felicidad



El declive del Imperio Americano (1986)

9 de enero de 2011

Des-pués

Después.

¿Después?
¿Después de qué?
Después de que...

Después de esto...

Si no quieres, no cierres los ojos.
Si no te apetece, no subas el volumen.
Si no me conoces...

piensa lo que quieras.
Te equivocarás.

Después...
Después será como siempre,
pero un poquino más tarde.
Después será como hoy:
seguiré soñando...
con tocar el cielo
después...
Siempre...

Siempre después del otoño:::
el invierno.



8 de enero de 2011

Año nuevo, Círculo viejo: nuevas-nuevas

Con permiso del autor, Don Antonio Mac (uno de tantos descubrimientos personales que agradecer a El Círculo Bar en 2010), reproduzco aquí su Nota del caralibro.

Probablemente vendrán más... como ya se gestan nuevos proyectos comunitarios que abrir, nuevos caminos que explorar. De la misma forma que animé a Miguel Ángel Carmona y Alicia Mendo a continuar andaduras e ilusiones al conocer la noticia de estas Navidades: El Círculo Bar cierra. Si lo deciden ellos, de quienes pre-supongo sin riesgo al yerro largas horas de conversa(c)ciones al respecto, por algo será. Y no soy yo quién para cuestionar tamañas decisiones. No sólo (o según las nuevas normas de la RAE: no "solo", aunque me chirríen los ojos) porque son MI familia, sino porque han hecho FAMILIA circular en/durante/gracias a este proyecto que ahora echa el cierre; sino también porque sus motivos tendrán. Y esos quizás no los sepamos nunca... o quizás sí...

Pero llegados a este punto y momento de la historia... para mí, los motivos no tienen más importancia que la de ex-traer las conclusiones apropiadas... para "prevenir a la majada, para soliviantar a los cabreros, para despertar al mundo: ¡Eh! ¡Que viene el lobo! ¡Que viene el lobo!... ¡Que viene el lobo! ...(*)", para cuadrar El Círculo, más que para cerrarlo...

Finalizar un proceso no siempre es llegar a la meta... pero sí suele ser el principio de la búsqueda de nuevas ilusiones, nuevos proyectos, incluso puede ser el origen de metas nuevas... y, eso ya lo sé, de nuevas nuevas... 

Así lo espero; en ello estoy, estamos...
¿Estaréis?

El Círculo Bar: R(equiescam).I(n).P(ace).
Al garete (el garito)
A(lgar)eté...

Areté!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
http://es.wikipedia.org/wiki/Aret%C3%A9
* * *


A los que hicieron posible esta aventura, a sus promotores y habitantes, a NUESTRO Círculo: Gracias, gracias... y gracias.
 * * *





Círculo Cerrado
por Antonio Mac
http://www.facebook.com/home.php#!/notes/antonio-mac/circulo-cerrado/191127977567815?notif_t=note_reply


Artesonado del Teatro de El Círculo Pacense
Imagen de Antonio Mac


Miró a su alredor para descubrir la nada, el espacio vacío. El Círculo no existía, había desparecido. Ya sólo quedaba algo, entre la fuerza y la inercia, flotando invisible ante su cuerpo y la memoria, algo misterioso y extraño que llenaba el aire de magia mediante la bruma del alcohol y los recuerdos. Salió hacia fuera para respirar estrellas, helado fuego del brillo que, furtivo e intermintente, se negaba a abandonarlo. El oxígeno parecía descomponerse en un hálito exhausto y divertido que empañaba la puerta acristalada y las risas del interior crecían, allí donde semidioses del hades y el olimpo trasegaban con singular ceremonia; palabras, ojos abiertos y entornados en amorosa disposición, faldas y sonrisas levantadas sobre un mar de piedra blanca que devolvía, generoso y amable, la mirada de la luna reflejada entre cortinas de humo.



Años atrás habría vuelto para incorporarse a la fiesta, pero esta vez esperaba. Esperaba volver a encontrar un lugar donde acompañar de palabras los cuentos que Wanda dibujaba. Un lugar donde alguien le invitara a dar un recital de poesía norteamericana y siguieran los muñecos de Epi y Blas. Esperaba llegar de nuevo y que le preguntaran: A ti ... ¿de qué color te parece que pintemos el local? y decir otra vez ¡blanco!, para estallar en una carcajada contenida que siguiera hasta el final. Esperaba poder llevar allí sus Jueves para que los demás los leyeran y rieran, ahora que se destilaban humorosas cretinadas para la inmensa pista baile de un viernes por la noche. Esperaba hablar con aquel pintor que le enseñó el significado del seny y la rauxa, el arte de los castellers y la selvas de Brasil donde encontrar a sus hermanos.


Esperaba un lugar donde hacer sus sueños realidad, donde pudiera escuchar poesía perfecta y jazz mientras enredaba con el ordenador o leía "Sula" apurando una cerveza en confianza. Donde pudiera participar y preparar exposiciones, oír secretos a media voz o compartirdos, hacer fotos, hablar de cine, de Zafra, de filósofos antiguos, de cocina moderna, de dibujos atemporales, de rock progressivo, de tatuajes que el tiempo no borra... Donde pudiera llevar a su amiga drag queen a bailar en Carnaval. Donde divertirse en la Feria de San Juan. Donde descojonarse y emborracharse también. Donde ponerse malo y sanar. Donde nadie mirara quien es quien, sino a todos por igual, como niños compartiendo pasión y complicidad en los momentos perdidos.


Después, la vida, como un agujero azul, verde como la hierba, blanca como las sábanas de un hotel, le hizo enjuagar un gesto de íntimo respeto por aquel baile divertido para volver a la Fiesta donde vestales, sacerdotes y bacantes, oficiaban. La noche opalina brillaba con el fulgor de las causas perdidas allí donde un día decidieron que el sol saldría. El Círculo, abierto o cerrado, lleno o vacío, existiría mientras alguien lo buscara. A veces, pensó, sólo era cuestión de encontrarlo.
* * *

(*) Fragmento de
¿Por qué habla tan alto el español?
León Felipe. 1942