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Hace cinco años tuve un accidente. Me rompí, de un golpe, uno de los huesecillos ésos, pequeñinos, que hay en el oído. Y todo el mundo sabe que en el oído está (amén de la audición) el sentido del equilibrio.
Al principio a nadie le pareció extraño aquel deambular por la vida a tropezones, en círculo, sin ningún sentido... "Es lógico"- decían algunos.."Será por el shock"... Como aquel desequilibrio mío iba de mal en peor (aunque yo no quisiera reconocerlo...), mi Padre me llevó, obligado, al médico. "Es ansiedad... tu problema son los nervios... tu carácter..."- dijo con voz calmada aquel doctor, como queriendo transmitir tranquilidad con el diagnóstico.
Han pasado cinco años.
Y me he vuelto a dar un buen golpe. ¡Con tan mala pata! La misma fractura que entonces... en el otro oído.
¡Ya estoy desequilibrao del tó!
Iré al médico mañana mismo... pero a mí me da que esto no es cuestión de nervios, sino de trauma-tología.
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